Por Moisés Valadez Luna
Bien decía Maquiavelo que: “Un príncipe no debe preocuparse de tener fama de cruel por mantener a sus súbditos unidos y fieles porque será más piadoso que aquellos que por ser demasiado humanos dejan que sigan los desórdenes, de lo que hacen asesinatos y robos, porque éstos suelen perjudicar a toda la sociedad, mientras que lo que ordena el príncipe sólo ofenden a individuos concretos. La fama de cruel resulta inevitable sobre todo para el príncipe nuevo, pero debe ser prudente al creer y al actuar y no crearse miedos por sí mismo, y proceder de forma que, conciliando la prudencia y la humanidad, la excesiva confianza no lo vuelva incauto, y la excesiva desconfianza no lo vuelva insoportable. Seguir leyendo ICONOCLASTA